Puede parecer una pregunta retórica (lo es), llena de intencionalidad (sin ninguna duda) pero en realidad QUIERO invitarles a reflexionar sobre el tema (y sin acritud)….
Siendo una tierra productora de vinos ancestral (desde los fenicios ¿no?) y una potencia mundial como destino turístico surgen las paradojas: ¿cuántos de esos visitantes son conocedores de nuestros vinos?, ¿cuántos de ellos pueden ser consumidores habituales? ¿cuántos de nosotros han degustado vino de Málaga fuera de la Feria? ¿y fuera de Málaga?, ¿en cuántos restaurantes malagueños ofrecen más de una opción a elegir?, ¿porqué se conoce tan poco el vino de Málaga fuera?. Lo dicho son preguntas para pensar…y seguramente las mismas que se han hecho un millar de veces los bodegueros.
He tirado la primera piedra (¿o la enésima?). Pero, en lo que a mi parcela atañe, creo que los restauradores malagueños podríamos hacer un poquito más por ellos (por los vinos me refiero). No quiero incitar al quebranto del “Manifiesto Cambloriano”*, entonando un canto patriótico a la calidad de nuestros vinos pero no es menos cierto que en un mundo tendente a la globalización (donde la producción de cosas carentes de personalidad propia, dictadas por la concepción del gusto que tienen unos pocos) tener algo distinto a todo lo demás debería ser motivo de valoración y estima (y esto también es aplicable a los vinos de Jerez, igualmente olvidados).
Pues eso, a hacer lo mismo que nuestro compañero Adolfo en su restaurante…”para terminar unos chupitos de un magnifico vino de Moclinejo, que casi lo he pisado yo…..” y a darle un poco de cariño y compresión a nuestros vinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario