01 noviembre 2005

Los magos del número

Existe un amplio grupo de aficionados y profesionales (1) que cada día desconfiamos de las dos cifras (o tres dependiendo del caso) que muchas guías y prescriptores utilizan para clasificar vinos. ¿Qué sentido tiene ordinalizar los vinos?. Las puntuaciones no dejan de ser el reflejo del gusto de la persona y del momento en el que realiza la cata. ¿Qué ocurre si mi gusto no es el mismo?, ¿tendría el vino la misma puntuación?, ¿cómo se puede valorar algo subjetivo (el gusto de uno mismo) en términos absolutos (un número)?. Estadísticamente una diferencia de un punto no debe dar lugar vinos muy diferentes entre sí y pensar que uno es mejor que otro se antoja un poco estúpido. Lo curioso de la situación es que lo que parecía al principio un ejercicio de síntesis, se queda sin ejercicio y sólo en síntesis y nos encontramos con el “mito de la conciencia objetiva” que describía Roszak (2) a finales de los sesenta…
El número se convierte por arte de magia en la etiqueta del vino, la posición en el estante de la vinoteca,... Son los tiempos que corren. El ejercicio y el esfuerzo están penados. No tenemos tiempo para pensar. Como dice Michael Broadbent, director del departamento de vino de la casa de subastas Christie’s, “no hay nada como un vino de 94 puntos”.

Elin McCoy (3) ha escrito precisamente la primera biografía (no oficial) del catalizador de este tipo de prácticas y que ha dado lugar, como dice el subtítulo del libro, al “reinado del gusto americano”. Robert Parker jr, editor y fundador de “The Wine Advocate” (El Defensor del Vino) es la persona más poderosa en el mundo del vino. Su poder es tal que llega a ser paradójico: por una parte ha democratizado el mundo del vino, provocando que gente sin experiencia con él, descubriera nuevos vinos, nuevas zonas y paises productores y por otra se ha convertido en el gurú de una élite de bodegueros que produce vinos que casi nadie puede probar (tanto por precio como por número de botellas producidas). Las puntuaciones del Sr. Parker se han convertido en una medida de éxito comercial y todo bodeguero es consciente de este hecho. Mejor nota, mejores ventas = vino al gusto del puntuador. En nosotros recae la virtud de elegir.
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(1) Veáse p.e. The World of Fine Wine, nº7 pg. 104.
(2) The making of a counter culture de Theodore Roszak (University of California Press, Berkeley 1968, 1995)
(3) The emperor of wine: the rise of Robert Parker Jr. and the reign of American taste de Elin McCoy (Ecco-Harper Collins, New York 2005)